La historia de Jade Tabra conmovió al Reino Unido y al mundo entero. La mujer, de 37 años, murió el 3 de noviembre de 2025 en su casa de Milton Keynes, pocas horas después de cumplir su último deseo: casarse con el amor de su vida, Adam Kemp, de 42 años, con quien compartió 19 años de relación y cinco hijos.

La boda, organizada en tiempo récord ante el avance irreversible de su enfermedad, se celebró ese mismo día a las 14:00 en la vivienda familiar, rodeados de sus seres queridos. El fallecimiento de Jade se confirmó a las 22:45, apenas unas horas después de haber pronunciado sus votos matrimoniales.

Una historia de amor y fortaleza

El camino de Jade cambió en agosto de 2023, cuando recibió el diagnóstico de cáncer de estómago en estadio 2. En un principio, la pareja mantuvo la esperanza, pero la evolución fue más rápida y agresiva de lo esperado. En pocas semanas, los médicos detectaron que el tumor se había extendido a otras zonas del cuerpo, alcanzando la fase 4 antes de que ella pudiera iniciar tratamiento. En septiembre, los especialistas le informaron que le quedaban apenas tres meses de vida.

La pareja había planeado casarse el 21 de noviembre de 2026, en coincidencia con su 20° aniversario. Sin embargo, al conocer el pronóstico, decidieron adelantar la fecha y realizar una ceremonia íntima, centrada en la familia y el amor que los unía. “Queríamos que la boda reflejara lo que somos, sin esperar una fecha simbólica que tal vez nunca llegaría”, contó Adam a los medios británicos.

Una despedida rodeada de amor

Durante la ceremonia, Jade permaneció en silla de ruedas debido a su debilidad. Aun así, compartió palabras de aliento, gestos de ternura y fortaleza que conmovieron a todos los presentes. Adam relató los últimos momentos con su esposa: “Me miró a los ojos y me dijo que estaba muy contenta de ser la señora Kemp y de tener nuestra familia. Entonces su cabeza se desplomó y supe que su alma se había marchado”, expresó con profunda emoción en declaraciones recogidas por RT.

Los cinco hijos del matrimonio participaron en la ceremonia, que se convirtió en una despedida serena y simbólica. En medio del acto, cuando Adam no pudo contener las lágrimas, Jade se inclinó hacia él y le dijo con voz suave: “No llores, te quiero”. Fueron sus últimas palabras.

La enfermedad había avanzado con tal rapidez que Jade no pudo iniciar el tratamiento oncológico previsto. Aun así, la familia se mantuvo unida, enfrentando con entereza y amor el desenlace inevitable.

El impacto de una historia que inspiró al mundo

El caso de Jade y Adam trascendió las fronteras del Reino Unido y generó una ola de solidaridad y admiración en redes sociales y medios internacionales. Vecinos y miembros de la comunidad local enviaron mensajes de apoyo y condolencias a la familia, destacando la valentía con la que ambos decidieron transformar la tragedia en un acto de amor.

Adam explicó que la decisión de adelantar la boda fue tomada con plena conciencia del poco tiempo que les quedaba. “El final se acercaba muy rápidamente. Sabíamos que no nos quedaba mucho tiempo”, contó. Por eso, optaron por crear un espacio íntimo donde pudieran despedirse en paz, rodeados del afecto de sus hijos.

La historia de Jade Tabra no solo refleja la dimensión más humana del cáncer y el impacto devastador que tiene en las familias, sino también la fuerza del amor frente a la adversidad. Su último día fue, al mismo tiempo, el más triste y el más luminoso: una jornada en la que el amor venció al tiempo.